miércoles, 16 de marzo de 2016

Si, usted caballero... así como el hombre es.

"Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo". Armando Palacio Valdés (1853-1938) Literato español.

Dediquemos una pieza musical, acariciemos sus mejillas sin palabra alguna, observemosle como si fuere la ultima vez, añoremos volver a verle al final del día con el carácter que fuere, mostrando la mejor expresión con tus labios.

                                             Caballero, sí! usted... Más que dar honor a su existencia, contemplo la idea de lo que son en mi hoy... 
... son fuerza, son contundentes en sus decisiones, algunas veces torpes. Despiertan la corazonada de que nada malo va a suceder si mantienen la esperanza de existir en la vida de otros. 

El sentir a extremos la delicadeza de la vida, estremecerse por lo sencillo y perspicaz de la cotidianidad, de proyectar sueños y no desfallecer, además de todo sentir como propio aquello que ha conquistado sus sentidos y más aun cuando ya no son sólo los sentidos sino algo más profundo, pensamientos, sensaciones... su espíritu.

El desear bienestar de los suyos acontece al ver lo obscuro que puede llegar a ser un camino... el camino (in)evitable, para otros... el de la vida. Tú, emprendes la decisión de mantener seguridad, de enfrentarse a lo inevitable, de callar ante las noticias vagas, diversas y sin fin alguno. (Lograr contemplar el misterio que tanto desprende la riqueza de uno de ellos).

Cuando pasa el tiempo son sabiduría, son paciencia, son silencio, ocultan sus tristezas y sus errores, pero siempre, siempre piensan que de lo poco o mucho que se haya realizado con Dios o sin Dios, han llegado al punto de sentir y vivir como humanos, han contemplado las pasiones que arrancan suspiros y... aún hay más.
Añoro compartir con ese caballero que más que fuerza es sabiduría... o...

Y. Catherin León


La mentira de la exquisita rareza

¡Pinta, pinta, naturaleza!
Acaricia y enfrenta la existencia, o escupe y muere en ella, la vida como destino es un camino que se delinea por sí mismo o por nuestras estúpidas ideas, que demarcan un limite donde no debería pasar ni el borde de una prenda... pero... y... si cruzamos el limite? podríamos darnos cuenta que allá afuera más que multitudes de caminos, se hallan relámpagos, tormentas, quizá se despliegue la hermosura de los ríos, de los mares, de la naturaleza misma, seguramente, y sin duda alguna, encontraremos maravillosos dones en la misma "libertad", que... es incierta, pero que puede avivarse, al igual que aquello que aveces denominamos felicidad, ocultas entre el espesor de los más inútiles pensamientos, cargados de angustia por el peso que sobrepasa nuestra fuerza, sin poderla sostener daremos más de un paso hacia atrás, enceguecidos por el dolor que más que físico es espiritual, como la neblina espesa, los ruidos y los seres extraños, es posible mantener la esperanza y de seguirla idealizando. 
Un lugar sin mi huella no me aparta de vivir, pero sí de la evidencia de existir, la evidencia para muchos es valiosa y por ello entregan su vida en OLVIDAR el valor de tener los pies en la tierra, transformando su carácter, aun así lo que encontraría si no hubiera enfrentado a la misma naturaleza... sería tener que fijar los sentidos en la existencia de lo material, en lo putrefacto de lo inservible...
¡Y vaya! que es valiente aquél que se enfrenta así mismo y corrobora que su propia existencia abarca todo lo demás, todo lo que le encierra en esta pequeña mancha azul que  ciertamente estremece al universo...
(Catherin León)

Wi!!